Valoración, restauración y gestión de presuntas tierras secas: Cerrado, bosques de Miombo-Mopane y la meseta tibetana de Qinghai

El estudio Valoración, restauración y gestión de presuntas tierras secas: Cerrado, bosques de Miombo-Mopane y la meseta tibetana de Qinghai, confirma la existencia de 1075 millones de hectáreas de presuntas tierras secas amenazadas por el uso insostenible y el cambio climático. Esto se suma a los 6100 millones de hectáreas de tierras secas oficiales que ya cubren el 41 % de la superficie terrestre del planeta y albergan a 2000 millones de personas.

Todas estas áreas contienen altos niveles de biodiversidad y son el hogar de una gran cantidad de personas que dependen de la agricultura para garantizar su sustento, por eso es tan importante investigar, analizar y trabajar para protegerlas. El informe contiene información concreta sobre el valor ambiental y ecológico de estas áreas de tierras secas, y recomendaciones clave para acciones para limitar la degradación de la tierra, mantener la biodiversidad y mitigar el cambio climático.

 

Según el análisis, cada vez hay más pruebas que demuestran que la agrosilvicultura que implica la plantación deliberada de los árboles o la regeneración natural gestionada por agricultores son estrategias eficaces para mejorar la productividad de la tierra. La sombra de los árboles puede reducir significativamente la temperatura y la evaporación del suelo, lo que lleva a una mayor humedad del suelo con importantes beneficios para el rendimiento de los cultivos. Además, los árboles también contribuyen al carbono del suelo, mejoran la humedad del suelo y la fijación de nitrógeno, lo que mejora la estructura del suelo y aumenta la capacidad de los cultivos para absorber nutrientes. Como resultado, estos procesos conducen a mayores rendimientos de los cultivos. En Níger, Malí y Burkina Faso, por ejemplo, la presencia de árboles fertilizantes maduros explica por sí sola entre un 15 y un 30 % de los rendimientos de cereales.