El estudio analiza la relación entre la multifuncionalidad del paisaje y las preferencias sociales hacia los paisajes mediterráneos en términos de técnicas monetarias y no monetarias en las cuencas semiáridas de Nacimiento y Adra.
El muestreo de datos se estructura en tres fases: (1) identificación de unidades de paisaje de acuerdo con la clasificación de mapas de paisaje andaluz existente y selección de visuales de paisaje que son representativas de las unidades de tierra, (2) evaluación de preferencias sociales sobre las visuales del paisaje a través de técnicas no monetarias, e (3) identificación de paisajes multifuncionales a través de criterios expertos.
Se seleccionaron 20 panorámicas de paisaje como representativas de las unidades de paisaje característico de la zona. Se realizaron cuestionarios para evaluar la preferencia de los diversos actores y su comportamiento ambiental y los factores sociales que influyen en la disposición a pagar por el disfrute estético del paisaje (valor de uso) y la conservación del paisaje (valor de no uso).
Por último, se analizó la capacidad de los ecosistemas semiáridos seleccionados para suministrar servicios a la sociedad. Las vistas favoritas del paisaje contenían principalmente relieves más escarpados, flujos de agua y actividades humanas tradicionales. Los resultados sugieren un fuerte efecto positivo entre el apego al lugar de los encuestados y el nivel de apoyo a la conservación del paisaje. Los encuestados estaban más dispuestos a pagar por la conservación de los paisajes rurales semiáridos cuando su sentimiento de pertenencia era mayor.
También se descubrió que los paisajes multifuncionales, que proporcionan un mayor número de servicios de regulación y culturales, también eran preferidos por su calidad visual (valor de uso). Además, contaban con un mayor apoyo social para su conservación (valor de no uso). La conversión de paisajes multifuncionales en monofuncionales perturba la estabilidad de las zonas rurales, su capacidad para prestar otros servicios ecosistémicos y el apoyo social a su conservación. Para invertir esta tendencia, hay que hacer hincapié en dos ideas principales. La primera es la necesidad de considerar los componentes y procesos ecológicos que subyacen a los paisajes, y la segunda es el papel de la población local en la conservación del paisaje rural.
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