Conseguir reducir la curva en nuestra actual crisis de biodiversidad es clave para el uso sostenible de la tierra y un planeta saludable. Para lograr este reto, el sector privado desempeñará un papel crucial y deberá invertir en biodiversidad. La medición del impacto positivo en la biodiversidad de esas inversiones requiere que se acuerden metodologías y terminología para familiarizar al sector financiero con la biodiversidad, con el fin de reforzar su compromiso para frenar la pérdida de biodiversidad mediante acciones concretas.
El 11 de diciembre tuvo lugar el webinario «¿Cómo medir el impacto positivo en biodiversidad de una inversión?», en el que se abordaron asuntos de gran interés para el sector financiero como por ejemplo: ¿cómo deberían definirse los impactos positivos en la biodiversidad? ¿Se puede considerar la reducción de los impactos negativos en la biodiversidad como un impacto positivo? ¿Cómo deberían informar las instituciones financieras sobre estos impactos y cómo es posible alcanzar una «ganancia neta positiva»? ¿Qué línea de base debería usarse para medir el impacto, una situación prístina o una situación que opera dentro de los límites planetarios?
El panel de ponentes lo compusieron Caroline van Leenders, Process Manager Greeening the Financial System, del Ministerio de Agricultura, Naturaleza y Calidad Alimentaria de Países Bajos, Wiknand Broer, socio de CREM, David Álvarez, CEO de Ecoacsa, y Anna Krotova, Manager Sustainable Standars de GRI.
Para fomentar la discusión, los expertos compartieron ideas sobre cómo medir el impacto de las inversiones en la biodiversidad y utilizaron esta cumbre digital para tratar también sobre cuáles son los próximos pasos que seguir.
- ¿Cómo lidiar con la certificación en inversión de impacto?
- ¿Quién monitorea la biodiversidad en proyectos de paisaje?
- ¿Qué ejemplos de casos empresariales podrían proporcionarse a las instituciones financieras?
- ¿Qué requiere la restauración del paisaje durante el periodo de inversión?
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