Un nuevo informe destaca la urgencia de que los bancos centrales y los supervisores financieros actúen sobre el riesgo de una pérdida de naturaleza sin precedentes. Dado que la pérdida de biodiversidad no solo agrava los riesgos relacionados con el clima, sino que también representa una crisis mundial por derecho propio, el informe Los próximos guardianes de la naturaleza. Por qué los bancos centrales tienen que pasar a la acción en materia de riesgos asociados a la biodiversidad advierte que las prácticas actuales que consisten en integrar solo los riesgos e impactos relacionados con el clima en los mandatos existentes de los bancos centrales y los supervisores financieros, sin tener en cuenta los riesgos derivados de la pérdida de naturaleza no logran garantizar un sistema financiero sostenible.
Sobre la base de los hallazgos del informe, WWF recomienda a los bancos centrales y supervisores financieros:
- La carga de la prueba debe invertirse. Los bancos centrales deben asumir que la degradación ambiental, incluida la pérdida de biodiversidad, plantea riesgos macroeconómicos y financieros en sus jurisdicciones, a menos que se pueda demostrar lo contrario.
- Se deben tomar medidas preventivas para mitigar los riesgos previstos de la pérdida de biodiversidad junto con los riesgos relacionados con el cambio climático. El marco regulatorio actual proporciona las herramientas para hacerlo, a través de la supervisión microprudencial, la supervisión macroprudencial y la política monetaria. Los bancos centrales también deberían abordar los riesgos medioambientales en sus propias carteras y deberían promover la investigación necesaria.
- Los bancos centrales y los supervisores financieros deben actuar de manera coherente con los objetivos ambientales establecidos a nivel nacional e internacional. Deben abogar por una regulación financiera internacional común que incluya dimensiones ambientales.