Áreas de importancia mundial que proporcionarían los mayores beneficios en la conservación de la biodiversidad, el carbono y el agua

Una reciente investigación llevada a cabo por expertos del consorcio Nature Map identifica qué áreas proporcionarían los mayores beneficios en la conservación conjunta de la biodiversidad, el carbono y el agua a nivel mundial.  Para cumplir con los ambiciosos objetivos de los convenios sobre diversidad biológica y clima, la comunidad internacional requiere claridad sobre cómo estos objetivos pueden operacionalizarse espacialmente y cómo se pueden perseguir múltiples metas al mismo tiempo.

 

Para apoyar el establecimiento de metas y la implementación de estrategias y planes de acción internacionales, se necesita orientación espacial para identificar qué áreas terrestres tienen el potencial de generar las mayores sinergias entre la conservación de la biodiversidad y las contribuciones de la naturaleza a las personas. En el artículo «Áreas de importancia mundial para la conservación de la biodiversidad terrestre, el carbono y el agua», publicado en Nature Ecology & Evolution, se presentan los resultados de una optimización conjunta que minimiza el número de especies amenazadas, maximiza la retención de carbono y la regulación de la calidad del agua, y clasifica las prioridades de conservación terrestre a nivel mundial.

 

Los autores subrayan que seleccionar el 30 % y el 50% de la superficie terrestre mejor clasificada, es decir, aquellas áreas con la más alta prioridad para lograr simultáneamente los objetivos de conservación de la biodiversidad, almacenamiento del carbono del suelo y biomasa y mantenimiento de la regulación de la calidad del agua limpia conservaría respectivamente, el 60,7% y el 85,3% de la reserva total de carbono estimada y un 66 % y un 89,8 % de toda el agua limpia, además de cumplir con los objetivos de conservación para un 57,9 % y un 79 % de todas las especies consideradas.

 

Los datos y priorización establecida en la investigación sugieren además que la conservación adecuada de todas las especies consideradas (vertebrados y plantas) requeriría prestar atención a la conservación de ~ 70 % de la superficie terrestre. Si se diera prioridad únicamente a la biodiversidad, la gestión del 30 % de la superficie terrestre en una ubicación óptima para la conservación puede ser suficiente para cumplir con los objetivos de conservación del 81,3 % de las especies de vertebrados y plantas terrestres consideradas.

 

Los resultados proporcionan una evaluación global sobre en qué lugares podría gestionarse la tierra de manera óptima para su conservación. La discusión planteada en el análisis es acerca de cómo un marco de priorización espacial de este tipo puede respaldar la implementación de los convenios sobre la diversidad biológica y el clima.

 

Según Martin Jung, autor principal, se recopilaron los mejores datos disponibles sobre la cantidad de hábitat adecuado para todos los vertebrados terrestres, incluidas todas las especies de reptiles. Como primer paso para las priorizaciones globales, también integramos datos de distribución de ~ 41 % de las especies de plantas conocidas, lo que cambió las prioridades globales.

 

Adicionalmente, se integraron los mejores datos disponibles en la actualidad sobre el carbono por encima y por debajo del suelo y el carbono del suelo vulnerable en riesgo por el cambio de uso de la tierra y la regulación del agua dulce. Estos datos se priorizaron conjuntamente junto con la biodiversidad.

 

Se muestra cuánta superficie terrestre sería necesaria para reducir el riesgo de extinción de especies bajo varios supuestos, priorizando la biodiversidad solo o junto con el carbono/agua. En última instancia, el estudio llevado a cabo muestra que sería necesario aproximadamente ~ 70 % de la superficie terrestre para conservar todas las especies.

 

Sin embargo, hay grandes ganancias posibles con la disponibilidad del 10 % y el 30 % de tierra en los lugares correctos. Por lo tanto, la ubicación importa realmente en materia de posibles objetivos de especies logrados, y los beneficios de carbono y agua pueden tener un coste adicional mínimo si se optimizan conjuntamente con la biodiversidad.

A través de esta priorización conjunta, se pueden explorar espacialmente las sinergias y las contraprestaciones de otorgar mayor preferencia al carbono o al agua. Los cambios resultantes en las prioridades de conservación pueden ayudar a identificar áreas de importancia para objetivos financieros o políticos específicos.

Acabar con la ausencia de datos sobre las plantas en materia de prioridades de conservación fue otro objetivo clave del trabajo realizado. Así, Jung aclara que desarrollaron un marco específico para incorporar los datos de plantas disponibles en el mapa, lo que ayudó a identificar cuantitativamente los «puntos críticos» antiguos y nuevos para la conservación.

 

La integración de especies vegetales en particular ha sido posible gracias a un esfuerzo conjunto de redes e instituciones que incluyen Royal Botanic Gardens, Botanic Gardens Conservation International (BGCI), Naturalis Biodiversity Center and Botanical Information y la red Ecology Center (BIEC).  

 

Por último, Jung resalta que «nuestro marco identifica un valor de conservación potencial superior. No prescribe cómo se debe gestionar la tierra, ni considera los costes, gobernanza o las limitaciones relacionadas con los medios de vida de las personas».

 

Los mapas de prioridades a gran escala son útiles porque apoyan el establecimiento de objetivos de conservación de alto nivel, atraen la atención de los medios y las políticas hacia áreas/presiones de interés y ayudan a movilizar fondos (es decir, GEF o CEPF) para acciones de conservación a escala nacional o más detallada, continúa el autor.

 

Jung avanza que, en el trabajo de seguimiento ya planificado, se ampliará este marco a una escala más minuciosa, involucrando directamente a las partes interesadas, considerando escenarios de uso futuro de la tierra e impactos del cambio climático y optimizando tanto para la conservación como para la restauración.

 

Todos los mapas de las principales prioridades se han puesto a disposición de forma abierta como parte del manuscrito y también se distribuirán a través del Laboratorio de Biodiversidad de las Naciones Unidas.

 

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