Hacia una Europa más sostenible de aquí a 2030

Hacia una Europa sostenible en 2030

La Comisión Europea acaba de publicar un documento de reflexión sobre una Europa sostenible de aquí a 2030, en el marco del debate iniciado por la Comisión Europea con motivo del Libro Blanco de 1 de marzo de 2017 sobre el futuro de la Unión.

 

El texto es una muestra del compromiso de la UE de avanzar en el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), incluido el Acuerdo de París sobre cambio climático. Y pretende incitar el debate acerca de cuál puede ser la mejor contribución de Europa de cara a 2030, ante los grandes desafíos que se le plantean, sobre todo en materia de deuda ecológica y cambio climático, evolución demográfica, desigualdad, convergencia económica y financiera y presión sobre las finanzas públicas.

 

El objetivo del documento es proponer escenarios ilustrativos sobre cómo impulsar el cumplimiento de los ODS en la Unión, mediante la aportación de distintas ideas y la estimulación de la discusión y la reflexión.

 

Se plantean tres escenarios, pero la forma definitiva podría ser el resultado de una combinación de distintos aspectos de cada uno de ellos:

 

  1. Una estrategia global de la UE en materia de Objetivos de Desarrollo Sostenible, que guíe sus actuaciones y las de los Estados miembros.
  2. La Comisión seguirá integrando los Objetivos de Desarrollo Sostenible en todas las políticas pertinentes de la UE, pero sin entrar en la aplicación de medidas por los Estados miembros.
  3. Mayor atención a la acción exterior al tiempo que se consolidan las ambiciones actuales de la UE en materia de sostenibilidad en la UE.

 

En materia ambiental, el documento subraya que «nuestro déficit más grave en materia de sostenibilidad y nuestro mayor reto es la deuda ecológica, que hemos aumentado por el uso excesivo y agotamiento de nuestros recursos naturales. Con ello, estamos amenazando nuestra capacidad para satisfacer las necesidades de las generaciones futuras dentro de los límites de nuestro planeta».

En todo el mundo, las tensiones sobre recursos clave, desde agua fresca a suelo fértil, pone en peligro la existencia humana. Hoy la humanidad usa el equivalente de 1,7 planetas Tierra. Con el aumento del consumo global de recursos materiales en 14 veces entre 1900 y 2015, y la proyección de que se multiplicará por más del doble entre 2015 y 2050, el mundo se está moviendo rápidamente hacia varios puntos de inflexión. Además de la tensión ambiental, esto también plantea un grave desafío a la economía de la UE, que depende de materiales de los mercados internacionales. Si no se aborda, el impacto devastador del cambo climático y la degradación del capital natural serán graves.

 

A pesar de los grandes esfuerzos realizados en el marco de la UE para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y desacoplarlas del crecimiento económico, aún queda margen de mejora.

 

«Si no se abordan, el impacto devastador del cambio climático y la degradación del capital natural tendrán graves consecuencias en la economía, reducirán la calidad de vida en todo el planeta y aumentará la intensidad y frecuencia de desastres naturales, poniendo más vidas en peligro. Mientras que dar vuelta estas tendencias negativas tiene un coste y requiere un fuerte esfuerzo colectivo, el coste de la inacción y las consecuencias sociales asociadas sería mucho más elevado.

 

El documento también llama la atención sobre la interrelación e interdependencia de muchos de los retos que tenemos por delante. Por ejemplo, «para 2050, se estima que cientos de millones de personas abandonen sus hogares como resultado del cambio climático y la degradación medioambiental». Este ejemplo pone de relieve la necesidad de hallar respuestas completas.

 

Además, el texto muestra ambición al afirmar que «la UE puede establecer los estándares para el resto del mundo. Si toma la iniciativa en la implementación de los ODS y la transición hacia una economía sostenible, incluyendo la realización de inversiones inteligentes en innovación y tecnologías facilitadoras clave.

 

A este respecto, Frans Timmermans, vicepresidente primero de la Comisión, opina que «el desarrollo sostenible empieza y termina con las personas, pues se trata de hacer que nuestra economía y nuestra sociedad sean sostenibles y al mismo tiempo prósperas. Lo hacemos para defender nuestro modo de vida y garantizar a nuestros hijos y nietos un mayor bienestar en cuanto a igualdad, a un entorno natural saludable y a una economía próspera, ecológica e integradora. Nuestra tarea consiste nada menos que en proteger el planeta por el bien de todas las personas. Europa puede y debe ejercer el liderazgo».

 

Fuente: CE.

No Comments

Post A Comment