Avances de la CE para integrar en su legislación el Plan de Acción sobre Finanzas Sostenibles

El Grupo de Expertos sobre Finanzas Sostenibles de la CE publicó a finales de junio cuatro informes fundamentales para la implementación del Plan de Acción para un crecimiento sostenible de la UE:

— Informe sobre la taxonomía de las actividades sostenibles (TEG Taxonomy Technical Report).

Informe final de los estándares para los bonos verdes (TEG Final Report on EU Green Bond Standards).

Informe intermedio para los parámetros climáticos de referencia (TEG Interim Report on EU Climate Benchmarks).

— Actualización de las directrices no vinculantes sobre el reporte no financiero publicadas (TEG Update of the Non-Binding Guidelines on Non-Financial Reporting).

Una vez entren en vigor, dichas políticas (en especial, la taxonomía) tendrán un impacto sustancial sobre cómo funciona el ecosistema financiero, principalmente por centrarse en las actividades empresariales, representar una mayor transparencia e impulso de la divulgación y una mayor disponibilidad de los datos.

Los informes persiguen mejorar la calidad de la información ofrecida por las empresas sobre las actividades sostenibles. Solo una minoría sigue las recomendaciones de la Task Force on Climate-related Financial Disclosures (TCFD, por sus siglas en inglés), y muchas lo hacen de forma incompleta, sin especificar con claridad el qué y el cómo de sus políticas climáticas.

Para lograr un mayor grado de cumplimiento legal obligatorio y de responsbilidad social corporativa voluntaria de las empresas, habrá que cruzar las recomendaciones de la TCFD con las de la Directiva sobre divulgación de información no financiera e información sobre diversidad (que afecta a alrededor de 6000 empresas europeas medianas y grandes), acompañándolas con las directrices publicadas en 2017 sobre reporte no financiero (NFR, por su acrónimo en inglés).

Taxonomía

Es una lista de actividades económicas con criterios sobre su desempeño para contribuir a grandes objetivos medioambientales: mitigación y adaptación al cambio climático, protección y uso sostenible del agua y los recursos del mar; transición a la economía circular, prevención de residuos y reciclado; control y prevención de la polución; protección de los ecosistemas.

Para que una actividad empresarial esté enmarcada en la taxonomía, debe contribuir a algunos de los objetivos medioambientales mencionados y, además, no dañar de forma significativa al resto.

 Introduce nuevas obligaciones de divulgación para los inversores:

Es una lista de «actividades económicas que pueden hacer una contribución sustancial a la mitigación del cambio climático y criterios para no causar un daño significativo a otros objetivos ambientales».

  • Si han utilizado la taxonomía y cómo lo han hecho
  • Proporción de la inversión que financia actividades elegibles para la taxonomía.

A diferencia de otros enfoques, como el Consejo de Normas de Contabilidad sobre Sostenibilidad (SASB), que enumera los problemas materiales y las métricas de contabilidad asociadas por sector, la taxonomía analiza cada una de las actividades comerciales con mucho más detalle. Esto significa que una empresa puede realizar actividades que están recogidas dentro de la taxonomía, mientras que otras, no. Por lo tanto, los inversores deberán evaluar el porcentaje de ingresos provenientes de, o los gastos de capital que se invierten, en dichas actividades recogidas por la taxonomía. Ejemplo: los ingresos por la venta de automóviles híbridos están recogidos en la taxonomía, mientras que los ingresos por la venta de automóviles convencionales, no.

Bonos verdes

El informe sobre los estándares de los bonos verdes establece criterios claros y comparables para emitir este producto financiero. Asociado a la taxonomía, establecerá los requisitos para determinar qué actividades respetuosas con el medioambiente y el clima son susceptibles de ser elegibles para recibir financiación a través de los bonos verdes.

Benchmark sobre los parámetros climáticos de referencia

El documento recoge la metodología y  requisitos técnicos mínimos para  crear índices que permitan a los inversores adoptar una estrategia de inversión alineada con los compromisos globales en materia climática, así como hacer frente al riesgo que supone el greenwashing.

Adicionalmente, el informe aborda los requisitos que deben tener en cuenta los proveedores de referencia a la hora de divulgar información sobre factores ambientales, sociales y de buen gobierno (ASG) y su alineación con el Acuerdo de París. 

Benchmark sobre los parámetros climáticos de referencia

El tipo de información que los inversores esperarán de las empresas cambiará sustancialmente en materia de reporte no financiero. Por eso, no es casualidad que las nuevas directrices no vinculantes sobre el reporte no financiero recomienden la alineación con la taxonomía.

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