A comienzos de julio, el Grupo Sectorial sobre Capital Natural y Energía participó en la Office Hour mensual de la campaña de la Unión Europea We Value Nature como referente de trabajo sectorial en este ámbito.
Representantes de las compañías energéticas que integran el grupo de trabajo (Cepsa, EDP España, Enagás, Endesa, el Grupo Red Eléctrica, Iberdrola, Naturgy y Repsol)y del equipo coordinador (Azentúa y Ecoacsa) explicaron a los participantes en la sesión virtual su experiencia colaborativa desde la puesta en marcha del grupo de trabajo impulsado por Ecoacsa y Azentúa. En este sentido, compartieron los aprendizajes, oportunidades, resultados, éxitos y beneficios obtenidos durante los meses de trabajo conjunto para avanzar en la aplicación de los enfoques de capital natural.
Razones principales de la puesta en marcha de esta experiencia colaborativa iniciada a finales de 2018.
- El interés identificado entre el sector energético español por aprender y avanzar en la aplicación de enfoques de capital natural como instrumento de cambio para mejorar la relación entre el sector y la naturaleza y permitir su mayor y mejor contribución a la conservación de la naturaleza.
- Proporcionar herramientas útiles que ayuden a las empresas energéticas españolas a tomar mejores decisiones que puedan afectar a la salud y estado del capital natural.
- Construir un consenso basado en la ciencia sobre qué activos de capital natural, servicios de los ecosistemas y dependencias del capital natural son más relevantes para las empresas energéticas para articular una terminología común y una metodología de medición y valoración para incorporar el capital natural en la industria energética española.
Emilio Tejedor, director de Medio Ambiente de Iberdrola, hizo hincapié en que esta experiencia les ha permitido «aplicar en la práctica diferentes herramientas y métodos para obtener resultados cualitativos trabajando a dos escalas, por tecnología y a nivel sectorial». «También ha sido muy útil poder acordar una terminología armonizada válida para su aplicación por parte de todas las empresas, además de establecer un marco común para identificar, medir y valorar los impactos y dependencias (directos e indirectos, positivos y negativos) del capital natural».
Lucía Santolaria, del departamento de Reporting, Risk & Compliance de Cepsa, incidió en que trabajar con el resto de los miembros del grupo de trabajo compartiendo problemas y experiencias ha derivado en la creación de un entorno de apoyo y enriquecimiento mutuo, en el que ha reinado la confianza y el interés por aprender unos de otros.
«Algunas de las barreras identificadas a lo largo de este aprendizaje han sido las grandes diferencias entre las actividades de “electricidad” y “petróleo y gas”; y darnos cuenta de que identificar, medir y valorar los servicios de los ecosistemas y los activos de capital natural es muy complicado, y exige tiempo, recursos y una recopilación de datos significativa». Además, citó que «debido a que la cantidad de servicios ecosistémicos a menudo depende en gran medida de su contexto local y espacial, esto hace que sea un desafío generalizar su grado de materialidad. A veces, los resultados son específicos del contexto, lo que complica que sean coherentes y comparables entre empresas».
Para concluir, Santolaria quiso reseñar que ha sido bastante útil darse cuenta de que «abordar una evaluación de capital natural nos solo ayuda a comunicar los impactos negativos, en los que normalmente nos centramos más las compañías, sino también a la hora reportar y comunicar los positivos».